Objeto volador no identificado
El término objeto volador no identificado, más conocido por ovni (del acrónimo OVNI, calco del acrónimo inglés UFO o Unidentified Flying Object), se refiere al avistamiento de un objeto volante, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación.Terminología
Generalmente se relaciona a los ovnis con platillos voladores. Aunque
los avistamientos de fenómenos aéreos inusuales se remontan a la
antigüedad, el término platillo volador se popularizó en 1947, podríamos decir que por error. El 24 de junio de ese año, el piloto civil norteamericano Kenneth Arnold vio, mientras volaba, una formación de nueve artefactos aéreos muy extraños cerca del Monte Rainier, en el estado de Washington, EE. UU.
Arnold declaró a la prensa que esos objetos revoloteaban como barcos en
aguas muy movidas, y para ejemplificarlo comparó el modo de vuelo que
observó al de «un platillo lanzado a través del agua». Los periódicos lo
interpretaron mal y lo citaron incorrectamente, diciendo que el piloto
había visto naves en forma de platillos que volaban. «Dijeron que yo
había dicho que eran "como platillos", cuando lo que yo dije fue que
"volaban al estilo de un platillo"», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una entrevista para la CBS, transmitida el 7 de abril de 1950.1
Mientras la explicación original se ha olvidado, el término platillo volador se ha convertido en una palabra habitual. El aspecto y comportamiento de los platillos voladores de Kenneth Arnold era bastante diferente de lo que sólo unos años después se caracterizaría rígidamente en la comprensión pública del término: algo como un frisbee muy grande y con gran capacidad de maniobra.2
Debido a los numerosos informes, algunos grupos ufológicos
especulan que sería bastante probable que no se haya informado de
muchos otros debido al miedo al ridículo público, dado el estigma social
que se ha creado sobre el tema ovni. Esto ya que en la cultura popular en todo el mundo, se usa generalmente el término ovni para referirse a cualquier hipotética nave extraterrestre,
aunque la expresión en sí misma realmente no define la naturaleza del
fenómeno. La expresión «platillo volante» o «platillo volador» también
es usada como equivalente para describir a un tipo de ovni.
Tras la investigación, al no poderse identificar esos objetos
voladores ni su origen, el suceso se registra como avistamiento ovni.
Sin embargo, cuando un ovni es identificado como un objeto conocido (por
ejemplo, un avión o un globo-sonda meteorológico), deja de ser ovni y
se convierte en objeto volador identificado. En tales casos es inexacto
seguir usando el término para describir el objeto.
Historia
El fenómeno ovni en la antigüedad
Véase también: Fenómeno celeste en Núremberg de 1561.
Véase también: Fenómeno celeste en Basilea de 1566.
Lo que actualmente se conoce como el «fenómeno ovni» es fundamentalmente un concepto moderno nacido en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, hay quienes interpretan algunos pasajes de la Biblia y de otras tradiciones originadas de culturas antiguas, como presuntas evidencias de antiguos avistamientos ovni.
Muchos sostienen que, desde el pasado más remoto, el ser humano trató
de adaptar lo que veía a su intelecto, relacionando los distintos
avistamientos con objetos conocidos, cercanos a él.
Dentro de algunos grupos ufológicos y creyentes en el fenómeno,
también existen quienes plantean que muchas de estas referencias
antiguas, serían registros de observaciones reales de supuestas naves
alienígenas. También señalan que, si estos vehículos aéreos estaban
tripulados, se produciría igualmente el contacto con los eventuales
seres extraterrestres, quienes transmitirían a los observadores
enseñanzas diversas. Según esta teoría, el origen de muchas de las
civilizaciones del pasado (Egipto, Babilonia,
etc.) radicaría en estos primitivos contactos. Así sostienen que estas
supuestas naves habrían recibido distintas denominaciones en documentos
antiguos: vehículo de los dioses, carros de fuego, vímanas, discos solares, nubes, nubes de fuego, el Borax Resplandeciente, nubes con ángeles, carro Pushpaka, maruts (todas ellas en el Ramayana hindú); y también escudo
que vuela, luces cósmicas, perlas luminosas, flechas ígneas, Serpiente
de las Nubes, escudo yacente, espadas voladoras, esferas transparentes,
y otros cientos de nombres recibidos en distintas culturas, que serían
ejemplos de las diferentes naves aéreas que surcaban los cielos.
Sin embargo, estas hipótesis no dejan de ser una explicación ad hoc, ya que las nubes y carros de fuego podrían ser metáforas
empleadas en los relatos religiosos, y no hay ninguna evidencia de que
dichos relatos deban ser interpretados más que de una forma mítica. Así pues no hay una forma empírica de saber si así ocurrieron los hechos o no; por lo que decir que se trata de naves extraterrestres podría ser un argumento ad ignorantiam,
aunque también cabe señalar que tampoco existe absoluta seguridad
científica de que aquellas descripciones sean metáforas religiosas, y
bien podrían tratarse de relatos basados en ciertos hechos reales que
fueron malinterpretados como fenómenos religiosos.
Primeros avistamientos modernos
Véase también: Phantom-Luftschiff-Welle 1896–1897.
Antes de que se acuñaran los términos platillo volador u ovni,
queda constancia de una serie de menciones a extraños e inidentificados
fenómenos aéreos ocurridos hace años; los cuales ya no serían asociados
con creencias, leyendas o mitos, como se presume que podría haber
sucedido en la antigüedad. Éstas menciones datan desde mediados del siglo XIX a principios del siglo XX.
Así, los investigadores del fenómeno ovni consideran como el primer avistamiento documentado moderno, el sucedido en Chile en 1868.3 Fue publicado en el periódico El Constituyente, de la ciudad de Copiapó, y se refería al ovni observado en el mismo como a un volátil desconocido, y, posteriormente, ese mismo año, como a un grupo de estrellas filantes o bólidos que cruzaban el cielo.
El fenómeno se observó muchas veces en esa zona durante dicho año, y es
considerado por los ufólogos como la primera oleada de la que se tiene
constancia, y el inicio de los registros que propiamente tal se
relacionan al tema ovni.
Avistamientos contemporáneos
Véase también: Incidente ovni de Roswell.
La fase definitiva de avistamientos es posterior a la Segunda Guerra Mundial y comenzó en los Estados Unidos con el avistamiento que realizó el hombre de negocios Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 mientras volaba con su avión privado cerca del Monte Rainier, en Washington.4 Informó haber visto nueve objetos brillantes con una forma parecida a la de un ala delta o a un búmeran, volando sobre una cara del Rainier
y dirigiéndose hacia el cercano Monte Adams a una velocidad increíble,
que estimó en, al menos, 1930 kilómetros por hora, calculando el tiempo
que tardaron en viajar entre ambos montes. Marchaban velozmente como una
escuadrilla y se movían como lo hace un disco que rebota en la
superficie del agua. Los periódicos tergiversaron las palabras exactas
de Arnold y describieron los objetos como platillos.
A partir de ese momento, y debido al error de la prensa, empezaron a describirse avistamientos de objetos en forma de platillo volante (flying saucer), de modo que esta denominación terminó arraigando en el folclore popular, convirtiéndose en la habitual para referirse a estos objetos en los años sucesivos.
Posteriormente, otros objetos con formas de huso, triangulares o de cigarro puro desplazaron progresivamente a los avistamientos clásicos.
Pocos días después del avistamiento de Arnold se produjo el conocido como Incidente Roswell, donde, supuestamente, una nave tripulada por humanoides se estrelló en Nuevo México, cerca de una base militar estadounidense. El Gobierno
desmintió cualquier intervención extraterrestre en el asunto, a pesar
de que fue el responsable de la base de Roswell quien, en un primer
momento, declaró a la prensa que el ejército de EEUU
había capturado un platillo volante con sus tripulantes, lo que sin
duda acrecentó la confusión. Los restos encontrados se definieron como
parte de experimentos militares secretos y recientemente se ha añadido
que los supuestos cuerpos alienígenas no eran más que muñecos empleados
para pruebas de resistencia corporal (como los crash test dummies usados en las pruebas de choque de los automóviles).
Investigación
Clasificación
Las formas en que se ha observado el fenómeno ovni son muy variadas,
además muchas de ellas son solo informes, por lo que se puede verificar;
mientras otras son algunos vídeos y fotografías, en las cuales se
observa el fenómeno, y no se han detectado pruebas de su falsificación y
explicación del fenómeno, por lo que han sido clasificadas como ovnis.
Entre las formas que se presenta el fenómeno, destacan:
- Foo fighters: fenómeno cuyo nombre deriva del idioma inglés, y significa en español fantasmas combatientes. Su origen se remonta a la Segunda Guerra Mundial, dado que los pilotos aviadores combatientes de ambos bandos (las potencias del Eje y los Aliados) observaron este fenómeno y su sorpresa fue que los objetos no eran detectados por el radar. Se observaron como luces pequeñas, aparentemente con masa, aunque en algunos casos las pequeñas luces cruzaban del exterior al interior de las cabinas de los pilotos. Su tamaño, según los informes, variaba desde los 10 cm hasta 5 m, descritas como bolas incandescentes. En la actualidad se considera que los objetos avistados por los pilotos eran en realidad rayos globulares.
- Esfera: fenómeno que generalmente se observa como cuerpo sólido y opaco, aunque han sido observados avistamientos de esferas translúcidas o luminosas, rígidas o flexibles. También conocidos como caneplas.
- Disco: fenómeno que se observaría con una forma plana, algunas veces abultada en el centro, luminosa o con un brillo metálico.
- Cigarro/puro: fenómeno que se ha observado como formas cilíndricas o similares a cilindros de gran tamaño (comúnmente mayor a las otras formas descritas), alargada y luminosa, aunque también se han descrito sin luminosidad o brillo.
- Gusano: fenómeno que se presenta con una forma alargada con apariencia tubular, con un movimiento aparentemente similar al de los gusanos. Entre los ufólogos y la criptozoología, es conocido como Rod.
- Triángulo o delta: fenómeno en el que han sido observadas posibles naves con forma triangular, generalmente con una luz en cada vértice. En esta última descripción se discute su verdadera categoría como ovni; y la mayoría de los investigadores atribuyen su origen a aeronaves terrestres de carácter experimental o secreto, desconocidas solo para el mundo civil.
Interpretación
Validez del fenómeno
Son muchos los avistamientos del fenómeno, hay una gran cantidad de fotografías y vídeos
que muestran objetos voladores no identificados, e incluso documentos e
informes militares desclasificados. Se han dado casos de aviones
comerciales en los que gran número de pasajeros han visto al mismo
tiempo un fenómeno de este tipo, así como registros de radar en
aeropuertos no sujetos a la subjetividad del observador, y no se ha
podido demostrar que todas estas evidencias sean falsificaciones o producto de alucinaciones.
Los defensores de la validez del fenómeno se basan en esto y en el
hecho de que, en su opinión, muchos de los postulados de la ciencia carecen también de la necesaria confirmación.
Algunos defensores del fenómeno postulan una conspiración del ocultamiento extraterrestre,
argumentando que en la década de los 50 los servicios secretos
estadounidenses en conjunto con los de otras naciones perfilaron la
estrategia de ocultación que se haría del fenómeno ovni. Indican que la
metodología de los servicios secretos sería sencilla en un principio,
limitándose reiteradamente a negar la veracidad de los testimonios de
quienes han tenido algún tipo de avistamiento. Hay quienes dicen que en
determinados casos espectaculares se han utilizado métodos de presión
más convincentes, sea la extorsión y la amenaza a testigos así como el
secuestro y ocultación de pruebas.
Escepticismo
Los escépticos suelen emplear un principio básico de la ciencia que
dice que «para poder afirmar la existencia de fenómenos extraordinarios
se requieren pruebas concluyentes». Hacen hincapié en que no se han
aportado pruebas fiables que respalden la hipótesis de que el fenómeno ovni tiene relación con naves extraterrestres.
Los escépticos no son los únicos en calificar estos avistamientos o
cualquier relación entre los ovnis con seres de otros mundos como un
mero fraude. Gran parte del mundo científico y aficionados al espacio
descartan esta posibilidad. Los astrónomos y científicos en general
califican a la ufología como pseudociencia,
considerándose incompatible la validez del conocimiento presupuesto con
la inexistencia de pruebas concluyentes y la imposibilidad de ajustarse
al método científico.
Desde el ámbito científico se ha afirmado que cuando los informes de
ovnis se estudian en profundidad, la mayoría de los casos logra ser
identificado con certeza, resultando que se trataba de fraudes, alucinaciones, malas interpretaciones o pareidolias de fenómenos terrestres conocidos (cometas, fenómenos atmosféricos, satélites, basura espacial, aviones, prototipos de naves terrestres, nube lenticular, etc.).
En los demás casos el fenómeno queda como no identificado, lo
que no autoriza a pretender que, por el hecho de no lograrse con certeza
su identificación, exista base para sostener que se trata de naves
extraterrestres. Incluso en estos casos no identificados resultaría también admisible y lógico afirmar que se trate de casos similares a los identificados.
Interpretaciones alternativas
El psiquiatra Carl Gustav Jung publicará en 1958 su obra Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo
en la que ahonda en el rumor mundial sobre los «platillos volantes». En
el prólogo a la edición angloamericana Jung alude a un artículo de 1954
escrito para el semanario suizo Die Weltwoche en el que mostraba
su escepticismo. En 1958 la prensa mundial descubrió dicha entrevista
divulgándose la noticia a nivel internacional pero de forma
distorsionada, citándosele como creyente en los ovnis. A pesar de
dirigir una rectificación a la agencia United Press, la versión
auténtica de su opinión se ignoró. Finaliza aludiendo a que «este
notable hecho merece el interés del psicólogo. ¿Por qué la existencia de
platillos volantes parece más deseable que su no existencia?».5
Este largo y complejo ensayo, para muchos uno de los más agudos análisis de «apariciones aéreas»,6 fue «dedicado a Walter Niehus, arquitecto, como muestra de agradecimiento por haberme inducido a escribir este librito».7
En el prólogo comienza aludiendo a algo tan cierto hoy como lo era
entonces y que representaría la conclusión a la que llegó en el artículo
de 1954 ya citado: «Se ve algo, pero no se sabe qué. Incluso
resulta casi imposible hacerse una idea correcta de estos objetos, pues
no se comportan como cuerpos sino con la ingravidez de los pensamientos.
No ha habido hasta ahora ninguna prueba indudable de la existencia
física de los ovnis excepto en los casos en que se ha producido un eco
en el radar».8
Transcurrido más de un decenio, la realidad física del fenómeno
continuó siendo problemática e irresoluble. Sin embargo, añade que
«cuanto más se prolongaba la incertidumbre, tanto más probable se fue
haciendo que en ese fenómeno, evidentemente complicado, incidiera
también, además de una posible base física, un importante componente psíquico.
Esto no tiene nada de asombroso al tratarse de un fenómeno
aparentemente físico que se caracteriza, por una parte, por su
frecuencia, y por otra, por lo extraño y desconocido, incluso por lo
contradictorio de su naturaleza física. Un objeto semejante provoca como
ninguna otra cosa la fantasía consciente y la inconsciente, produciéndose suposiciones especulativas y narraciones fantasiosas con el fondo mitológico propio de estas excitantes observaciones».9
Así, Jung establece tres modos de ver el fenómeno:10
- Un proceso real objetivo, físico, o percepción primaria, genera una fantasía o mito concomitante.
- Una fantasía primaria inconsciente, un arquetipo, invade la consciencia con ilusiones y visiones.
- Se produce una coincidencia sincronística acausal y plena de sentido, especialmente en fenómenos vinculados a procesos psíquicos arquetípicos.
Finaliza el prólogo indicando que carece de medios para aportar algo
útil a la realidad física del fenómeno, ocupándose casi exclusivamente
del aspecto psíquico.11
Aún así reconoce «que por desgracia hay buenas razones por las que no
puede darse por concluido el asunto de manera tan sencilla».12 Bien es cierto que las proyecciones psíquicas de carácter mitológico no son causadas por el fenómeno ovni al haber existido siempre, con o sin ovnis. El mito se fundamenta en lo inconsciente colectivo y su proyección siempre ha tenido lugar. Así, la proyección como ovni, junto con su contexto psicológico, el rumor, es un fenómeno propio de nuestra época, característico de ella.
Es seguramente significativo de nuestra época que el arquetipo, en contraposición a las formas anteriores, adopte una forma neutra, incluso técnica, para eludir el escándalo de la personificación mitológica. Lo que tiene apariencia técnica llega al hombre moderno sin dificultad.13
Aún resta abordar el carácter real del fenómeno, ante lo cual plantea tres posibilidades:14
- La hipótesis de ausencia de gravedad o antigravitación que conlleva el fenómeno lo deja en manos de la física.
- El fenómeno ovni como materialización psíquica, es decir, que la psique llegue a materializar el fenómeno ovni, lo considera aún menos probable.
- Podría tratarse de un fenómeno sincronístico: la situación de la humanidad, por un lado, y el fenómeno de los ovnis como realidad material real pero desconocida, por otro, no se hallan en ninguna relación causal mutua cognoscible pero parecen coincidir en su sentido. Es decir, se proyectan contenidos de lo inconsciente sobre dichos fenómenos celestes reales pero indeterminados, dotándoles de un significado que no merecen en absoluto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario